Si su médico le dijo que tiene una placenta agrandada, es posible que tenga lo que a los profesionales médicos les gusta llamar placentomegalia: una placenta que ha crecido desproporcionadamente más de lo normal. Eso significa que la placenta es más gruesa de lo que debería ser o pesa más de lo que su médico cree que debería (o ambas cosas).
La placenta es el órgano con forma de panqueque en el útero que sirve como salvavidas del bebé para la nutrición, el oxígeno y la eliminación de desechos. Suele ser una sexta parte del peso del bebé y tiene un grosor que corresponde aproximadamente a la edad gestacional del bebé. Por ejemplo, un feto de 20 semanas sería nutrido por una placenta de unos 20 milímetros de espesor. A las 24 semanas, la placenta tiene unos 24 milímetros de grosor, y así sucesivamente.
- Una placenta agrandada no suele ser motivo de pánico. La palabra es grande (placentomegalia), pero la mayoría de las veces no causa problemas.
- Algunas condiciones influyen. Una placenta más grande puede estar relacionada con la hipertensión, la anemia o la diabetes, pero su médico controlará éstas y la salud de su bebé.
- El crecimiento de su bebé es lo más importante. Incluso si su placenta mide un tamaño grande, el objetivo importante es un desarrollo fetal constante, así que mantenga sus citas regulares para asegurarse de que todo vaya por buen camino.
Sin embargo, el tamaño de las placentas varía mucho de una mujer embarazada a otra. Una futura mamá mejor alimentada tiende a producir una placenta más grande y productiva (pero aún dentro del rango normal) que la de una futura mamá desnutrida.
Aunque un agrandamiento de la placenta no es muy común, tampoco es muy raro. Algunos factores que pueden provocar un agrandamiento de la placenta incluyen fumar, ciertas infecciones en el útero y algunas afecciones médicas maternas, como anemia, hipertensión o diabetes.
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La buena noticia es que a menudo un agrandamiento de la placenta no significa más que, bueno, una placenta más grande de lo esperado. Y a menos que su médico esté preocupado por ello, hay pocos motivos para preocuparse.
El mejor indicador de la salud de un bebé es su desarrollo a un ritmo constante, y su médico seguramente lo controlará de cerca.
¡Buena suerte!